El grito, 1893.
Munch realizó cuatro versiones de El grito. El original de 1893 (91 x 73,5 cm) con una técnica mixta de óleo y pastel sobre cartón, está expuesto en la Galería Nacional de Oslo. La segunda (83,5 x 66 cm) en témpera sobre cartón se exhibió en el Museo Munch de Oslo hasta que fue robado en 2004.
Munch describió así la experiencia que lo llevó a pintar esta obra: "Caminaba yo con dos amigos por la carretera, entonces se puso el sol; de repente, el cielo se volvió rojo como la sangre. Me detuve, me apoyé en la valla, indeciblemente cansado. Lenguas de fuego y sangre se extendían sobre el fiordo negro azulado. Mis amigos siguieron caminando, mientras yo me quedaba atrás temblando de miedo, y sentí el grito enorme, infinito, de la naturaleza”.
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El grito |
Es decir, se trata del reflejo de la angustia personal del pintor. El grito puede también esconder una crítica a la nueva forma de organización socioeconómica de la época. En definitiva Munch grita contra las injusticias sociales y las desigualdades económicas que acompañaron a la Revolución industrial.
Esta obra fue influencia directa del movimiento Expresionista que surgió en Alemania en 1905. El artista expresionista veía la pintura como un medio de diversión, de expresión del sufrimiento humano y de las injusticias sociales. Del mismo modo que Munch, estos temas debían ser tratados a partir de composiciones agresivas, con colores fuertes y contrastados, y así llamar la atención del espectador.
Esta obra fue influencia directa del movimiento Expresionista que surgió en Alemania en 1905. El artista expresionista veía la pintura como un medio de diversión, de expresión del sufrimiento humano y de las injusticias sociales. Del mismo modo que Munch, estos temas debían ser tratados a partir de composiciones agresivas, con colores fuertes y contrastados, y así llamar la atención del espectador.
Colores y líneas “expresionistas”
En “El Grito” podemos ver cómo los colores son puros y arbitrarios: el cielo y el mar contrastan en una composición que no se corresponde con la percepción real de las cosas. El cielo se transforma en fuego y el mar queda indefinido por sus espirales violentas. Pero las formas ondulantes de la naturaleza y del hombre chocan con la perspectiva forzada del puente, que se alarga en diagonal hasta un lugar que no vemos. Estas líneas, y el espesor y pureza de los colores, son los que dan fuerza a la composición; todas las líneas convergen hacia el centro del cuadro: la cabeza que grita. La distorsión de todos los elementos se convierte en una técnica básica para conseguir el efecto deseado en el espectador. La sensación de temor y de angustia se nos pega inevitablemente.
Madonna
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Madonna |
Supone un giro con respecto al modo tradicional de representar la maternidad. Es un espectacular y sensual desnudo femenino rodeado de una atmósfera poco tranquilizadora. La figura emerge de un fondo tenebroso, de líneas distorsionadas. El cuerpo nos atrae, pero hay algo que nos angustia, la gran tensión psíquica, los ojos son casi cuencas cadavéricas que simbolizan la muerte. Es una visión demoledora de la maternidad.
Edvard Munch como grabador.
La producción graficó de Edgard Munch tiene una posición particular en cuanto a la calidad y la cantidad. Abarca por un periodo de 50 años (1894 – 1944) e incluye en total 850 ediciones de catálogos repartido por los tres métodos gráficos tradicionales grabado como litografía, xilografía y hectografía. Al morir testamentó todas sus obras al municipio de Oslo, y en el Museo Munch, aparte de cuadros y dibujos hay una colección de más de 17.000 entrevistas gráficas hecho por esto pintor solo.
La Urna (The Urn), 1896. Hecho de lápiz litográfico, tinta (marcador) y raspador sobre piedra. 460 x 265 mm
El niño enfermo (The sick child), 1894. Hecho de punta seca, ruleta y alisador (pulidor) sobre placa de cobre. 361 x 270 mm
Otras obras
Durante su estadía en Paris en 1896, Munch empezó de crear xilografías. Moonlight es una obra cortada en ambos lados del bloque de madera. También usa un bloque de color cortado en tres secciones con una sierra de marquetería.
Mujer joven en la orilla (Young woman on the shore), 1896. Aguatinta bruñida en zinc. 288 x 219 mm. El motivo es bruñido y rascado con un pulidor, después la placa ha sido entintado con matices finos en azul, amarillo y rojo. En total son 11 cromolitografías de este grabado y todos son distintos.
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Mujer joven en la orilla |
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